Un reciente estudio científico ha encendido las alertas en el mundo del diseño, la ilustración y la estética corporal: algunos pigmentos y componentes de las tintas de colores pueden afectar al sistema inmunológico, especialmente cuando se aplican directamente sobre la piel o se manejan sin protección adecuada.
Según especialistas, los compuestos presentes en ciertas tintas, especialmente las que contienen metales pesados, pigmentos sintéticos o solventes químicos, pueden provocar reacciones inmunológicas en el organismo. Esto ocurre cuando el cuerpo identifica estos elementos como agentes extraños, activando una respuesta defensiva que, en casos prolongados o repetidos, puede causar inflamación, alergias crónicas, irritación, trastornos en la piel e incluso afectar el funcionamiento del sistema inmune.
¿Qué tintas representan un mayor riesgo?
Los investigadores señalan que el peligro no proviene de todas las tintas, sino principalmente de aquellas que contienen:
- Pigmentos azoicos
- Cobalto, níquel y cromo
- Sustancias derivadas de hidrocarburos
- Colorantes utilizados en industrias automotrices o textiles que no fueron diseñados para contacto humano
En particular, las tintas de colores vibrantes como rojo, azul y verde suelen tener mayor concentración de estos compuestos.
¿Cómo podría afectar al sistema inmune?
Los químicos presentes en estas tintas pueden acumularse bajo la piel o inhalarse durante su manipulación. Esto puede generar:
- Alteración de células inmunológicas
- Respuestas inflamatorias repetitivas
- Sensibilización o alergias permanentes
- Problemas respiratorios en quienes manejan tinta constantemente
Recomendaciones para creadores y usuarios
Los expertos recomiendan:
- Usar tintas aprobadas por normas internacionales de seguridad.
- Optar por pigmentos naturales o libres de metales pesados.
- Proteger la piel y vías respiratorias durante su aplicación.
- Revisar etiquetado, procedencia y certificados del fabricante.
- Evitar tintas baratas o sin registro sanitario.
